top of page

Descubrí “de grande” una actividad que me encanta ¿es tarde para tomarla en serio?

Comencé a hacerme esta pregunta hace un tiempo. Luego de haber estudiado una profesión que me gustó mucho, me fui dando cuenta de que el trabajo real que implica el ejercicio de esa profesión no me encendía la chispa que se enciende cuando te apasiona lo que estás haciendo. Eso se hizo evidente luego de descubrir que podía tejer muñecos y que esa actividad (más “simple”, y sin preparación académica) me encendía completamente. Descubrí que me hacía muy felíz la sensación terminar una pieza, armar una escenografía para mostrarla y darle vida a través de las fotos. En fin, encontré un pequeño nuevo mundo que me hacía sentir como cuando jugaba de niña.


Mi pequeño rincón de conexión con mi infancia

A partir de eso surgió la cuestión…”ah pero, esto no es lo que estoy sintiendo en mis horas de trabajo de mi profesión real”, ¿cómo puede ser? ¿Si estudié mi profesión con ganas e incluso me gusta? Y fui encontrando mi respuesta. Pasó que las etapas cambian, y pasó que los seres humanos somos inquietos y curiosos, y que nos encendemos cuando somos como niños otra vez. Y que sí, podemos descubrir “de grandes” que tenemos facilidad e inclinación por habilidades que no habíamos explorado.


Hace un tiempo, en un programa de radio, hablaban sobre algo similar. La charla giraba en torno al concepto de hacer eso que nos apasiona hacer, y uno de los conductores le dijo a los demás “¿se dan cuenta? Si piensan en eso que aman hacer, y miran hacia atrás, van a ver mucha conexión con lo que les apasionaba hacer a los 12 años”. Resultó que era cierto, todos comenzaron a repasar sus inclinaciones actuales, y encontraron que a los aproximadamente 12 años amaban hacer cosas en relación a esas inclinaciones.


Y yo también hice el ejercicio. Recuerdo que a esa edad me fascinaba mirar la colección de libros “CRAFT” de mi mamá y tratar de hacer cosas con mis manos (¡que nunca quedaban bien!), recuerdo estar siempre jugando a fotografiar inventando cámaras con cajitas, y recuerdo estar siempre recolectando insectos. De grande estudié Ciencias Biológicas (¡ganaron los insectos!), pero hoy en día, cuando me pongo a crear con las agujas (y aprendí “de grande”) y a dar vida a esas creaciones a través de las fotos, me siento completamente en mi salsa, en mi Zona (al respecto, ¡no se pierdan el libro El Elemento, de Ken Robinson!). Casi puedo escuchar decir a la niña de 12 que sigue dentro mío “¡por fin! ¡Cuanto tardaste! Ahora sí, ¡a jugar!”.


En muchos casos la conexión entre nuestra principal ocupación actual y esa inclinación de la infancia nunca se perdió (el periodista de vocación quizás recuerde que lo que más amaba hacer de niño era dirigir el diario escolar). En otros casos, esa inclinación de la infancia se perdió parcial o totalmente (quizás queden algunas piezas en nuestra ocupación actual, y quizás no quede nada). En estos últimos casos, es lindo e interesante preguntarnos: “y ahora que "soy esto"…que me gano la vida trabajando de X… ¿que MAS me gusta hacer?”. A veces esa respuesta ya existe (todos tenemos un hobby, algo que hacemos por placer y que nada tiene que ver con nuestra entrada económica). Pero sobre todo en el caso de que aún no lo tengamos, me parece que es importantísimo descubrirlo. Y una buena pista, entonces, es mirar hacia atrás (o MUY hacia atrás, jajaja), y ver que nos encendía de pequeñas (¿algún deporte? ¿Inclinación al dibujo? ¿Artes manuales? ¿Canto? ¿Baile? ¿Inclinación literaria? Etc, etc, la lista es interminable), y luego ver de qué modo podemos explorarlo hoy. Afortunadamente vivimos en una época de gran conectividad, y si ponemos antención en algo veremos que existen cursos y talleres (¡y existe YouTube!) en donde podemos explorar nuevas técnicas. Ahora sos abogada, pero de chica AMABAS pintar con acuarelas. Quizás pienses que “sos grande” para incursionar en el tema de la pintura, que no vas a llegar lejos, pero si prestás atención vas a ver que existen varios talleres de creación de tarjetas y lettering con acuarelas, por ejemplo. Quizás no seas la discípula de Van Gogh pero encuentres que tenés mucha facilidad para intervenir y pintar objetos, y que hasta se pueda convertir en un emprendimiento paralelo (¡o eventualmente único!) a tu profesión actual. Eso es secundario. Lo importante es descubrirlo.


Creo que la vida se trata de expandirnos por dentro todo lo que podamos en el tiempo que tengamos. Y que más saludable para el espíritu que brillar y encendernos cuando hacemos algo. Así que mi respuesta es NO. Nunca es tarde para explorar habilidades, y definitivamente no es tarde para tomarlas en serio. Para tomar algo en serio no hace falta que nos de sustento económico, solo hace falta que nos haga brillar. Y como “efecto colateral”, vas a notar que en poco tiempo el brillo se contagia, y los que te rodean también brillan un poco más. Si aún no encontraste “lo tuyo”… ¡podés intentar retomar la pista que te dejó la niña que fuiste los 12! Ya la dejamos de lado por bastantes años, es hora de que vuelva a estar presente y nos acompañe por el resto de la vida.


Si te gustó esta entrada, ¡me encantaría que me lo cuentes! Desde la página de contacto podes escribirme ¡Y ojalá algún día reciba un correo tuyo diciendo que te animaste a comenzar con algo nuevo!


Hasta la próxima entrada.

Inés.

POSTS RECIENTES:
BÚSQUEDA POR TAGS:
No hay tags aún.
bottom of page